Historia de una ambición 5iikwwmb

Unirse al foro, es rápido y fácil

Historia de una ambición 5iikwwmb
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Historia de una ambición

Ir abajo

Historia de una ambición Empty Historia de una ambición

Mensaje por Nokku Damaru 15/09/11, 03:09 pm

Esta
es la historia de una joven persona que muestra la máxima
representación de su propia ambición por cambiar un mundo que
considera monótono y aburrido, su propia falta de entretenimiento
será el detonante del fruto de la locura. Esta es mi historia





En aquel
entonces yo era del montón, toda mi vida del día a día era la
misma tarde tras tarde, noche tras noche, todas las mañanas pensando
en lo divertido que seria cambiar algo. Pero yo sabía que nada
cambiaría, o al menos eso creía.



El 13 de
octubre a las 7:30 de la mañana. Me encontraba plácidamente
recostado sobre mi cama cuando suena el mismo monótono despertador
de siempre, una, dos, tres veces… ¿Y la cuarta? “Qué raro creí
haber contado 3 cuando deberían ser cuatro las veces que suena el
despertador” pensé confuso. Me levante lentamente de la cama
tanteando el borroso terreno que se extendía ante mí con
temblorosas manos ante una perdida y difuminada vista mañanera. Al
final conseguí agarrar con la mano el despertador y lo miré.
Parecía que se había estropeado pero no lograba ver bien que era lo
que le pasaba. Alargue mi otra mano hasta conseguir encontrar las
gafas que estaban en la mesilla. Me las puse lentamente y mi vista
se volvió nítida en unos instantes. El despertador para mi sorpresa
estaba completamente destrozado por dentro “¿Pero qué demonios?”
pensé mientras lo dejaba de nuevo en su sitio, era como si hubiera
explotado por dentro. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo
mientras me bestia, ¿Cómo era posible que le hubiera pasado eso al
despertador?






Salí
por la puerta de mi casa cerrándola detrás de mí con un portazo
mientras la sensación que había sentido antes volvía a apoderarse
de mi cuerpo. El sentimiento que recorría en esos momentos mis venas
era realmente extraño pero adictivo. Con mi bufanda ondeando al
viento empecé a caminar sin siquiera sentir el frío viento que
golpeaba mi cara, mi ambición por conseguir algo diferente estaba
empezando a dar sus frutos a pesar de mi cobardía ante realizar algo
nuevo e innovador. Por fin algo diferente había pasado, y eso solo
era el principio de una maravillosa historia.








14 de
Octubre, 7:27 de la mañana. Un dulce sonido me despierta. El sonido
de del dulce cantar de un pajarito que se apoyaba suavemente en el
alfeizar de mi ventana mientras yo me desperezaba lentamente. Un
viento más suave de lo normal acariciaba mi cara mientras yo me
frotaba los ojos “juraría que había dejado la ventana cerrada”
pensaba mientras con una mano firma y recta alcanzaba mis gafas
poniéndomelas perezosamente. Mi destrozado despertador seguía en su
sitio y yo dirigí la mirada esta vez al pájaro que me observaba
desde mi propia ventana. Le sonreí poniendo una cara un tanto tonta
antes de que este emprendiera su vuelo.






Salí
por la puerta de mi casa sin ningún pensamiento claro, solo con un
sentimiento ambicioso por bandera y con una cartera como arsenal, era
hora de conquistar otra vez el mundo en este nuevo amanecer. El sol
me daba directamente en la cara de camino al colegio pero no me
preocupe, simplemente agache la mirada mientras caminaba hacia la
prisión de la sabiduría y conocimientos y mantenía una sonrisa,
una sonrisa que solo mostraba la punta del iceberg que mi ser
ocultaba.









15 de
Octubre, 10:30 de la mañana. Era sábado, la fresca brisa de la
mañana volvió a pasearse tranquilamente por mi habitación a pesar
de que yo me había asegurado de cerrar la ventana. Me desperté
gracias a los “golpecitos” que daba el viento sobre mi nariz
dejándome olisquear la humedad del exterior, no me moví de la cama,
ni siquiera abrí los ojos, no era necesario. Una sonrisa de placer
se dibujo en mi dormido rostro, no me preocupaba lo mas mínimo que
la ventana estuviese de nuevo abierta, de echo prefería que
estuviera así, eso significaba que mi viaje a un mundo diferente al
que había antes todavía no había acabado. Abrí lentamente los
ojos para poder empezar el día y lo que descubrí al hacerlo fue
asombroso. Decenas de pájaros estaban posados encima de mí, sin
inmutarse, sin hacer ningún sonido, como si de pequeñas estatuas se
tratase, en cuanto me sobresalté un poco todos esos entes alados
emprendieron un ligero vuelo hacia mi ventana por la cual salieron en
desorden dejándome atontado sobre mi cama. Me incorporé rápidamente
de la cama quedándome en una posición sentada desde la cual observe
la despedida de mis pequeños “amiguitos”. Solo una pequeña
pluma fue lo que quedó de la visita de los pájaros, una pequeña y
ligera pluma que empezó a descender lentamente por la habitación
hasta caer enfrente de mí. Una sonrisa ahora de incredulidad se
reflejo en mi cara. No podía pensar con claridad, solo podía
aceptar lo que había pasado. Me precipite hacia atrás y caí en las
almohadas de la cama con las manos extendidas hacia arriba provocando
con mi caída que una nube de polvo se reflejara en los rayos de sol
que entraban por la ventana. En cuanto mi cuerpo hizo un poco de
fuerza sobre las almohadas estas desprendieron por los lados un mar
de plumas blancas que voló por toda mi habitación y cayó fuera de
la cama dejando en esta la pequeña pluma gris que ahora, en
comparación con las demás plumas blancas era más grande, poderosa
y llamativa al tener otro color.






Me
levante de la cama poniendo primero el pie derecho en el suelo, como
de costumbre, y camine arrastrándome por entre las plumas dejando
que su suave tacto me acariciase los pies como si fueran el rocío
de mañana que tanto me faltaba. El agua de la bañera estaba
calentita cuando metí el primer pie dentro. Al dejar que el segundo
entrase en contacto con el agua un escalofrío recorrió mi espalda a
causa de la diferencia de temperatura de mi cuerpo y el agua. Una vez
dentro cerré los ojos permitiendo que decenas de imágenes pasasen
enfrente de mi, imágenes abstractas y reales, recuerdos, objetos de
mi imaginación. Mientras que observaba ese nuevo entorno que más
que oscuridad parecía un cine alocado. ”Bueno, en realidad, no se
lo que esta pasando pero creo que esto es lo que he estado esperando
durante todo este tiempo, será mejor que no desperdicie mi
oportunidad de disfrutar al máximo de estos acontecimientos” pensé
mientras el vapor del agua empezaba a empañar el espejo del baño.






Cuando
termine de meditar bajo el amparo del calor que me proporcionaba el
agua salí lentamente de la bañera agarrando el albornoz antes de
apoyar los dos pies en la pequeña alfombra que había puesto en mi
cuarto de baño para no manchar los azulejos. Todo estaba tranquilo,
me encontraba muy feliz y libre, al fin todo estaba saliendo como me
gustaba, “itś a perfect life in a beautiful day” pensé mientras
salia del baño y me sentaba en mi cómoda cama.








19 de
Octubre 11:12 de la mañana. La luz solar que se filtraba por las
rendijas de mi persiana en ese frío miércoles de otoño mientras yo
abría los ojos lenta y costosamente. Para cuando me di cuenta de la
hora a la que me había despertado supe que era demasiado tarde para
ir a clase, además era miércoles, los miércoles no hacíamos casi
nada y yo no tenia una escusa buena para llegar tan tarde. Por un día
que faltara no pasaría nada, seguro que la mayoría no se daría ni
cuenta de que no había venido y con un poco de suerte ni los
profesores sospecharían de mi ausencia. Así que no fui a estudiar
aquel día y decidí visitar un riachuelo que me alegraba el día
cada vez que lo veía. Estaba un poco lejos pero estaba seguro de que
la espera valdría la pena.






Tres
horas después, jadeando y casi sin respiración me dejé caer encima
de la seca, mojada y húmeda hierba del lugar. El riachuelo traía
consigo un pequeño torrente de agua que salpicaba las rocas de su
alrededor con una extraña suavidad y gentileza. Me acerqué hasta
sentarme en una roca que se encontraba justo enfrente del río. Mire
sus aguas cristalinas y quedé completamente hipnotizado por su
magia. Ese agua era realmente preciosa, recorriendo y esquivando de
esa manera las ya pulidas piedras del pequeño riachuelo que
descendía de una montaña de no mas de cincuenta metros de altura.
De repente me rugió la tripa y se me alegró la cara al recordar que
en mi mochila llevaba algunos sandwiches y otro tipo de comidas y
bebidas para llevar. Me pasé la tarde entera sentado junto a mi
riachuelo favorito y sin que siquiera me diera cuanta la noche cayó
salvajemente sobre mí. El frío invadió el lugar y me asuste un
poco. “ No pasa nada, ahora solo debo volver a casa tranquilamente”
pensé antes de observar el cielo y ver algo raro en el. Una estrella
pasó a una increíble velocidad delante de mi y al final me quede
casi toda la noche viendo como caían la fugaz lluvia de estrellas
que en se desplazaba por ese mar negro de soledad y tristeza al que
llaman espacio.












20 de
Octubre 7:30. Unos constantes sueños extraños y algunas pesadillas
no me dejaron dormir tranquilo esa noche así que no tuve problemas
en despertarme justo a la hora a la que lo tenia que hacer. Por el
telediario decían que haría frío así que antes de salir de mi
acogedora casa me abrigué bien y fui con muy pocas ganas a clase, el
sueño me podía y mientras caminaba por las calles entrecerraba los
ojos pudiendo observar algunas imágenes recientes de mis sueños.
Una vez en clase no pude atender bien, suerte para mi que la
profesora nunca me preguntaba. Yo me sentaba en la esquina inferior
izquierda de la clase, el típico sitio que se coge la gente para
hablar, solo que esta vez estaba yo y como nadie se dirigía mucho a
mi tampoco se preocuparon en pedirme que me pusiera en otro sitio
diferente esta vez. Al final mis párpados perdieron la batalla
contra mi poderoso sueño y cayeron, desplomándose, cerrando mis
ojos, dejándome vagar por mi propio y privado mundo. Soñé con
millares de pájaros que daban vueltas alrededor del colegio,
coléricos por algo, buscando a una única presa, observé con
detenimiento a esas aves y me propuse a salir de la clase para verlas
mejor, pero una misteriosa fuerza de auto conservación me mantuvo
pegado a mi sitio. De repente un meteorito se dejó ver entre las
nubes del cielo, era enorme, y parecía querer dirigirse directamente
hacia el colegio. Ese meteoro no cambió en ningún momento de ruta y
eclipso contra el edificio despertándome al mismo tiempo que sonaba
la campana.








21 de
Octubre 7:30 de la mañana. Era viernes y las ganas de levantarse se
quedaban en nada al pensar en todo lo que había que hacer antes del
fin de semana, costosamente, saque los pies de la cama y me vestí
casi como un zombie. Había dormido bien, pero por alguna extraña
razón me encontraba muy cansado y débil. Estaba decidido, no iría
tampoco ese día a estudiar, me resignaba a ir en esas condiciones,
seguramente me volvería a dormir en medio de clase y eso no era para
nada bueno.






Salí y
en la calle todo estaba tranquilo, más de lo normal, casi siempre
los viernes había mucha gente conduciendo sus coches a esas horas.
No me preocupé más por la situación y me fui a comprar algo de
comer al mercado. Allí también había muy pocas personas, pero al
menos la cajera se encontraba en su sitio. Salí a paso lento del
supermercado y cuando estuve cruzando la carretera por el paso de
peatones vi que a unos veinte metros venía lanzado un camión,
parecía muy peligroso y en cuanto lo vi este empezó a tocar el
claxon. Me aparte lo justo y justo a tiempo para evitar un letal
golpe contra el cehiculo que tranquilamente prosiguió su camino.





Al
llegar a casa vi que había una carta justo debajo de la puerta, no
tenia sello ni ninguna clase de nombre, solo eso, una carta en blanco
que dentro contendría un mensaje. Entre a mi casa cerrando la puerta
detrás de mi mientras abría nerviosamente la carta.


Debes
tener cuidado, los hombres no han nacido para cambiar el destino,
solo pueden elegir la ruta para llegar a el pero nunca su destino,
las personas siempre se cambian a si mismas, pero no podrán hacerlo
con el mundo entero, no intentes romper mis reglas.”





22 de
Octubre 9:46 de la mañana. Era sábado temprano pero me desperté al
sentir la presencia de varios pájaros que me observaban desde mi
ventana, los pájaros ya no parecían ser igual que antes, ahora
mostraban un semblante algo más hostil y precavido, aun así
parecían estar contentos y alegres. Me levanté de la cama para
acercarme a ellos pero estos salieron volando en otra dirección, una
dirección que les llevaría lejos de mi y no me dejaría disfrutar
de su compañía. Me puse un poco triste y salí al jardín a
observar mis plantas. Una vez fuera oí un gato, oí el suave maullar
de un gato desconocido para mi que se escondía entre las sombras de
algún viejo árbol. Una vez avistado el felino me acerque a el para
acariciarle y el respondió de la misma manera. Se trataba de un gato
negro normal y corriente pero yo sabía que su aparición tenia algún
significado, todos estos sucesos que me pasaban consecutivamente
tenían que tener algún sentido. El gato se froto contra mi pierna
con su espalda y murmuro. Me agaché y le acaricié la espalda
haciendo que levantara su cola. De repente me di cuenta de una cosa,
estaba incumpliendo las normas, los pájaros tenían algo que ver con
eso. No era normal que ahora se mostraran más hostiles conmigo. Me
senté en el suelo y mientras jugaba con el negro gato medité sobre
mi situación detenidamente. Después de eso me levanté y me metí
en casa no sin antes darle una última caricia a mi nuevo amigo.





Una vez
dentro de casa, por la noche, oí un ruido extraño. Parecía un
grito animal que provenía desde fuera. Me levanté de mi cama movido
por la curiosidad y cuando mire por mi ventana mi cara cambió de un
color rosado y vivo a uno blanco y sin vida. El gato con el que yo
había estado jugando se encontraba en ese momento luchando
ferozmente intentando proteger su vida contra una gran bandada de
pájaros que le picoteaban ferozmente. Solo pude taparme la boca y
empezar a llorar cuando comprobé que el cuerpo del animal estaba
entumecido en el suelo. Un pequeño charco de sangre se extendía
como una pequeña plaga de hemoglobinas mientras yo cerraba la
persiana y me sentaba incrédulo en mi cama. “Maldita sea, ¿Sera
eso lo que me espera si continuo con mis actos? No.... no puedo
dejarlo ahora, no me dejare achantar por una cosa tan trivial.”
pensé mientras me pasaba la mano por el pelo, estaba decidido a
cambiar mi mundo y nadie me lo impediría.








23 de
Octubre 8:40 de la mañana. Me desperté solo bañado en sudor.
Rápidamente miré por la ventana y comprobé que allí no había
ningún ave observándome. Salté de mi cama y veloz como un rayo me
preparé para salir a la calle. Iría de nuevo a mi riachuelo, algo
me decía que tenía que hacerlo.






No vi
nada extraño al salir, todo estaba tranquilo y el viento soplaba
menos de lo normal, las nubes tapaban el sol y un halo extraño se
podía percibir en el ambiente. Caminé con determinación por las
calles hasta que me encontré con algo raro. Una gran calavera se
encontraba pintada en medio del asfalto como una señal fosforescente
que te señala el camino peligroso y te intenta comunicar que no
vallas. Después de mirar el dibujo durante unos instantes mi
determinación volvió a mi cuerpo y proseguí mi marcha pisando
fuertemente la señal de aviso que se me estaba dando. “Dije
claramente que no dejaré que nada me detenga” Pensé.






Llegué
más rápido de lo que esperaba al río y una vez allí me senté en
la misma roca de antes. El agua me volvía a tranquilizar como
aquella vez pero pasados unos diez minutos noté una presencia, no me
asustaba pero no sabía si se trataba de algo hostil o no. De repente
un zorro se asomó por detrás de un arbusto y me miró con cara
interrogativa. Le miré como si fuera algo normal que los zorros te
observasen desde las sombras y esperé hasta que se acercara a mí.
Se quedo a menos de treinta centímetros de mi cara pero yo no me
moví. Su aliento se resbalaba por mis mejillas y al cabo de unos
segundos este me dio un lametón que me dejó un poco estupefacto. La
expresión de la cara del animal cambió un poco y ahora parecía más
alegre. Otros zorros algo más pequeños salieron de su escondite y
se acercaron todos a mí. Sonreí al comprobar que de nuevo la
naturaleza estaba de mi parte. Saqué rápidamente de mi mochila unos
cuantos bocadillos y los deje en el suelo para que mis nuevos amigos
se los comieran. Estos no esperaron más y engulleron con ambición
todo eso que les di, como si fuera un pago por sus servicios.


Al
acabar el día mis compañeros me siguieron hasta mi casa y se
quedaron postrados ante la puerta de esta. Serios y decididos
protegieron mi portón hasta que yo pude divisar a lo lejos una
bandada de pájaros. Bueno, esta vez parecían algo más grandes. El
terror volvió a sembrar semillas en el semblante de mi cara cuando
comprobé que se trataba de unas tres docenas de buitres carroñeros.
Mi aliento se volvió entrecortado y mis pulsaciones aumentaron
cuando la batalla comenzó. No tenían ninguna posibilidad, era
imposible que ganaran. Apreté fuertemente los puños mientras
observaba como caían mis protectores. Lucharon fieramente y hasta el
último momento pero después de algunos minutos no quedó nada de
ellos, los buitres se los habían llevado y yo me tumbé en mi cama
pensando en mi siguiente movimiento, la cosa se ponía cada vez más
seria. ¿Qué pasaría al día siguiente?





24 de
Octubre, el último suspiro de la esperanza... hora desconocida. El
sol se levantaba imponente y poderoso por el este, como de costumbre.
Abrí los ojos y me levanté a un ritmo normal. No pensaba en nada,
mi mente se encontraba en blanco y mi cuerpo parecía actuar solo y
con la fuerza y decisión de una legión romana a punto de invadir
una ciudad poderosa.






Salí de
casa y suspiré una vez. Me di la vuelta después de cerrar la puerta
de casa observé su estructura imponente, ese era el edificio en el
que yo residía hasta ese momento. Cerré los ojos y tomé una gran
bocanada de aire antes de partir hacia la montaña, sentí que allí
me encontraría con mi destino.





Caminé
por las calles pobladas por personas normales y por primera vez sentí
un poco de envidia de esos que no se preocupaban de nada más que de
mantenerse vivos y disfrutar un poco de la vida, nunca se habían
planteado hacer nada diferente y por eso nunca lo harán, solo yo
podía enfrentarme al destino y ese era el momento, en ese mismo día
sabría quien era más fuerte.





Al
entrar en la falda de la montaña sentí como animales de diversos
tipos empezaban a acompañarme persiguiendo mi mismo objetivo
intentando protegerme a toda costa de lo que se avecinaba. Cuanto más
ascendía mas animales se unían a mi ejercito.






A pesar
de haber estado subiendo mas de una hora seguida mis músculos no se
cansaban. Mi aliento empezó a tomar forma y el vaho ascendía a los
cielos después de acariciarme por última vez. Empecé a tener un
poco de calor así que agarre fuertemente mi bufanda y tiré de esta
haciendo que se desenrollara de mi cuello. La arrojé hacia detrás
y proseguí con mi ascensión. De repente pude observar en la lejanía
de la montaña una oscura figura que se erguía en lo alto de una
imponente roca. Cuando me acerque un poco más distinguí que se
trataba de una bandada de pájaros negros como la noche y oscuros
como el carbón, eran solamente de cuervos, ¿Qué podrían hacer
ellos ante mi imponente legión de animales? Subí casi corriendo
hasta llegar al epicentro del circulo que formaban en el aire las
negras aves. Los animales no me siguieron hasta la roca donde yo me
encontraba y eso me hizo sospechar algo.






De
repente los cuervos empezaron a amontonarse unos con otros y
descendieron hasta quedar delante de mi materializando ahora una
nueva y terrorífica figura. Una capucha tapaba su rostro y una negra
túnica ocultaba el resto de su cuerpo, solo sus literalmente
esqueléticas manos se podían observar sin que ninguna tela las
tapara. Un charco de oscuridad se empezó a expandir desde la
posición de la extraña figura. No me eche hacia atrás, debía
enfrentarme a cualquier oponente, fuera lo que fuera. Una guadaña
apareció en la mano derecha de mi rival. Me temí lo peor. Su mano
libre, la izquierda, se estiró hasta llegar a la capucha y mi cara
se volvió mas blanca que el mármol cuando el rostro de la muerte me
miro a los ojos. Se acercó lentamente a mi, sin prisa ninguna, ella
ya sabía que su presa no escaparía y quería alargar el momento
para disfrutarlo al máximo.






La
muerte levanto su letal arma. Un haz de luz apareció en mi corazón
y me despertó de mi letargo de terror. Mire desafiante a la propia
muerte y le planté cara. La luz de mi pecho se extendió hasta mi
mano la cual agarro la guadaña por la madera antes de que la
cuchilla pudiera partirme por la mitad. La fuerza de esa imponente
figura esquelética era asombrosa y pude ver correr un hilo de sangre
por mi antebrazo cuando el filo de la guadaña mortal me rozo.






-Te lo
avise, te dije que no me desafiaras, no me hiciste caso y aun así
sigues vivo. Te felicito por tu valentía y determinación pero eso
es lo que mas ha llevado a las personas hasta mí. Recuerda esto, la
humanidad no cambiara las reglas que yo he impuesto y menos alguien
que me desafía. Esto es el fin... o el principio de un final, tu
eliges como verlo.- me dijo ese poderoso ente antes de echarme su
mortal aliento.


Mi
cuerpo se precipitó hacia abajo cayendo fuera de la roca en la que
nos encontrábamos. La caída consistía en dos metros y yo sabía
que no saldría de esta, todo lo que podía hacer era esperar a mi
muerte.








13 de
Octubre 7:30 de la mañana. Suena el despertador. El dulce sonido de
su mecanismo me hizo levantarme de la cama y mirar perplejo a mi
alrededor. Mi reloj estaba misteriosamente arreglado y cuando mire la
fecha que estaba grabada con números en su superficie comprobé que
se trataba del mismo jueves en el que todo empezó. Me encontraba
realmente aturdido, cuando me puse las gafas vi una carta en mi
pequeño estante. Estiré curioso mi mano hasta agarrar el sobre y
extraje el mensaje leyéndolo en alto.


La
ambición es un deseo, el deseo de cambiar algo, lo que sea, poder,
dinero, sociedad, etc. Esa ambición corroe a las personas y encierra
sus corazones en un lugar donde estos no puedan opinar, solo algunos
sentimientos escapan por entre las rejas de su celda, sentimientos
tan fuertes como el amor u otros más comunes como la felicidad o la
propia ira. Si dejas que tu propio ser quede encerrado estas perdido,
considérese esclavo de su entorno, y por el otro lado no deje que tu
deseo se lleve a cabo. Por que un deseo solo morira cuando se cumpla,
yo existo porque vosotros, seres imperfectos, no podéis manteneros
acordes a mis leyes durante mucho tiempo.... Es curioso ¿Sabes quién
me creó? La vida, y me recuerda cada día que soy su mejor invento.



Fdo.
Muerte”


Acabé
de leer la carta y una sonrisa invadió mi cara. Todo encajaba y
tenía sentido, no era posible oponerse a algo tan elemental.





-Ahora
lo comprendo... Disfrutare del tiempo que me queda sin que mi mejor
deseo se cumpla... después de todo tengo muchos más. Gracias vida-
Nokku Damaru
Nokku Damaru
Gennin
Gennin

Masculino

Cantidad de envíos : 13
Fecha de nacimiento : 03/10/1994
Fecha de inscripción : 13/09/2011
Edad : 29

Tu Ficha Ninja
Ryous: $310
Misiones Efectuadas:

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.