Mis saludos al Tsuchikage

por **Haku Hyuga** 06/12/11, 02:13 pm

El joven gennin, se había levantado muy de madrugada y con una actitud entusiasta he imperactiva que molestaba a muchos de los habitantes de la villa pues aun era muy pronto para comenzar el día, pero para un niño que acababa de superar su primer examen ninja, eso no excusa para no estar feliz sin importar el horario o el momento en que estaba pues no todos los días se superaban pruebas así que demostraran tu valía como futuro guerrero.
Tanta era la energía que sentía en su cuerpo, que le era imposible esperar ni un minuto mas para visitar al Kage de su villa como era costumbre entre los gennin que habían superado la prueba, pero a su vez era una forma de controlar el cierto número de ninjas que estaban disponibles o al menos esa era una de las teorías que pasaban por la cabeza de el chico que ahora se hallaba caminando por uno de los numeroso caminos de piedra que conectaban casa o un conjunto de estas, casi pareciendo que estas eran torres y los caminos murallas por las que pasar.

" ¿ Como debería presentarme ante el tsuchikage? .... esto buenos días .... no suena muy molesto a estas horas .... pues lo siento molestar, aquí estoy .... no así es muy poco respectivo .... que complicado!!!! "

Mientras por la cabeza del chico sucedían multitud de pensamientos lioso de como presentarte ante el Tsuchikage, más era su despreocupación del mundo real y de forma casi instintiva, era conducido paso a paso como si estubiera programada hasta llegar ante la puerta del despacho del Kage tras introducirse en la primera planta de la torre y surcar algunos pasillos y subir por escaleras de caracol de piedra que le llevaron a dicha puerta que el a penas sintió llegar hasta que despertó de su trance en el que estaba.

- valla ... otra vez debo a ver soñado despierto ... - se decía en voz baja, mirando algo preocupado a la puerta y sintiendo temor y nervios en su cuerpo, ante la idea de estar a pocos metros del ser mas poderoso de la villa en que se encontraba ya que el respeto que solamente le inducia el sentir hablar de el, le era bastante como para hacerle agitar la respiración de emoción y ahora, era inevitable sentir lo mismo.
Poco a poco, a medida que los nervios fueron disminuyendo un poco, el chico se decidio por pica a la puerta con sus nudillos para hacerle saber a la persona que estaba dentro de la habitación, que el estaba afuera aguardando a que este le dejara entrar.