Misión de Rango C [Sigue el rastro del niño]

Era una noche tranquila, todas las calles vacías, como de costumbre. Yo me encontraba en mi cama sin poder dormir, mirando al techo, pensando. Cuando de repente, llamaron a la puerta. Me incorporé agilmente y cogí mi katana. Al abrirla, una chica de unos 19 años, morena, alta y de ojos azules estaba delante mía. La verdad, me daba mucho corte hablar con chicas, y me ponía muy nervioso al hablar con ellas.
- Hola, ¿Que haces aquí ha estas horas de la madrugada?-dije casi tartamudeando.
- Hola, me imagino que usted será el señor Kiyosama - dijo con una voz dulce
- Por favor, llámame Senji, no me gusta que me llamen por mi apellido, y menos señor- comenté
- Lo siento por irrumpir en tu casa a estas horas, pero tengo una misión muy urgente - Exclamó
- Vale vale, dímela, anda.
- Pues veras, estaba yo andando por el campo con mi hermano pequeño cuando unos ladrones nos asaltaron. Me dieron un golpe en la cabeza y me desmalle. Cuando desperté, mi hermano no estaba conmigo, empecé a buscarlo por todas partes y no lo encontré. Me imagino que lo raptaron para pedir un rescate. Por favor Senji, rescátalo- y me abrazó con la cara llena de lágrimas.
Yo no sabía que decir, al principio me quede en blanco, pero después me incorporé hacia ella y dije:
- Tranquila, iré en su búsqueda y lo traeré de vuelta- y le seque la cara con un pañuelo - Cuando amanezca me pondré a buscarlo.
- Muchisimas gracias Senji, no se como podré agracertelo- y me dio otro abrazo - Cuando lo tengas, ponte en contacto conmigo, vivo en la calle numero cuatro, tercera casa- Y salió por la puerta.

Me quedé un poco confuso al ver el cuerpo de esa mujer descuartizado, pensando en lo que le podría pasar al chico. Entonces salí corriendo por toda la base hasta intentar escuchar su voz. Cruce una esquina cuando dos guardias me vieron
- !Un intruso, corre ve a dar la alarma! dijo uno de ellos y desenfundo el arma.
El pobre hombre no me duró más de 5 segundo, porque efectué un corte en su vena yugular. El otro se me escapó, aunque lo perseguí para averiguar donde estaban los demás ladrones.
Escuché unas voces, así que me agaché y miré.
había como quince hombre en la sala. Cinco de ellos estaban mirando una mesa. Tres de ellos estaban dormidos y cuatro comiendo. Me fije en el fondo de la sala, donde tres hombres protegían una puerta, allí deberían tener secuestrado al pobre niño.
Pensé una estrategia para poder sacarlo de allí sano. Entonces se me ocurrió, era perfecta. Saqué cinco Shurikens del bolsillo y realicé una serie de sellos y dije en voz baja- Kaiten Shuriken- Entonces unas esferas de aire los rodea. Salí y lancé tres shurikens a las cabezas de los tres que estaban dormidos. Me agaché y lancé los dos últimos a dos de los que miraban la mesa.
! Hari Wa Kage !- grité y diez sombras con forma de aguja salieron detrás de mí. Todas ellas fueron a partes vitales de los enemigos. Toda la sala estaba despejada, toda llena de sangre y cadáveres.
- Madre mía, estoy agotado- dije- menos mal que me traje un poco de agua en la bolsa- y sonreí
Me senté en el suelo y empecé a beber.