Misión rango C: Bandidos al acecho

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Abstraído era la palabra correcta. Una perfecta caligrafía se extendía hermosa a lo largo de la hoja, iluminando con ideas llenas de filosofía a las mentes de aquellos capaces de apreciarla. El joven Suichi nunca se había repuesto de aquel maravilloso libro perdido en su biblioteca, donde se hallaban todos los materiales Shinobis necesarios... el único sitio de aquella casa que hacía referencia a la profesión shinobi. Espadas de samurais colgadas de las paredes, escudos extraños y tantos otros objetos recolectados tras varias generaciones... era mi biblioteca shinobi, donde hallaba toda mi información, y aún más importante; mi santuario. Dejé el libro que había estado leyendo, sus palabras me traían melancolía. Me puse una ropa adecuada para la misión que iba a realizar... como su primera misión, quería hacerlo bien. Sabía que un buen historial shinobi no le vendrá nada mal en el futuro.

Tomé el pergamino de curtida letra y lo leí de nuevo para saber exactamente a donde tenía que ir y qué tenía que hacer. Estuve un rato analizando, no tenía muchas ganas de hacer una misión pero era mi deber como ninja lo que me obligaba a hacer misiones... que desgracia. Aún así, no tardé mucho en conocer la situación correctamente y saber exactamente como tenía que derrotar a aquellas molestas "escorias". Casi no me podía creer que uno pudiera manejar la Katana mínimamente decente.

Al poco de salir de casa, me encontré en el lugar donde solía habituar el grupito... la luz comenzaba a palidecer con increíble suavidad, bañando las rocas y los pocos árboles que componían en lugar. Un amplio sendero se abría camino asta perderse entre las colinas, en dirección a un lugar de poco interés en aquellos momentos. Con paciencia, me senté y esperé apaciblemente a la llegada de sus "muñecos de calentamiento", no sin cierta exasperación...

Afortunadamente, no tardaron en aparecer, pues es cuanto vieron al joven Uchiha sentado y desarmado decidieron robarle sus pertenencias. Un joven como el parecía muchas cosas, pero ninguna de ellas un ninja. Resultaba sarcástico observar como el "jefecito" mostraba su bandada ninja de Iwa como si fuese una corona, y fuera mínimamente digno de llevarla.

Ya cuando se encontraban a unos pocos metros, me levanté y sacudí el polvo de mis pantalones. -Llegais un poco tarde... pero tranquilos, no seré demasiado duro- Más que reir y burlarse, me observaron sorprendidos. Aún no habían siquiera empuñado sus armas y parecía conocer sus intenciones... -Y... como lo piensas hacer?- Respondió el "jefecito" con un tono que intentaba parecer gracioso. Los dos estudiantes sacaron sus katanas, y dieron un paso adelante con ademán de que ellos se encargaban. Al oír su respuesta, sonreí...

El inicio fue rápido y ordenado, obedeciendo una serie de sucesiones que ya había prevenido. Avancé hacia los dos estudiantes, que alzaron sus katanas con gesto confiado. Uno de ellos hizo una finta dirigida a mi costado por el lado izquierdo, mientras que el segundo lo imitaba dirigiendo su ataque al derecho. Sus movimientos eran torpes, y antes de atravesar la distancia que nos separaba ya había realizado un sello.
Una pequeña explosión de humo cubrió el cuerpo de Suichi, que desapareció y volvió a surgir un poco más alejado gracias la técnica Nawanuke no jutsu. Suichi aprovechó la situación para hacer más sellos.

Las dos katanas de los estudiantes cortaron la nube de humo, sin encontrar el destino deseado. Los había logrado sorprender, y antes de que se recuperasen el joven Uchiha golpeó la mano con la que el primer estudiante sostenía su katana, y de este modo la tiró a un lado. Mientras, el otro brazo se cubrió de llamas (Hi Mae Geri) y golpeó con fuerza al rostro del segundo, que por su poca resistencia se desplomó al suelo y perdió la conciencia.

El "jefecito" observaba con semblante asustado mientras el estudiante que quedaba intentaba liberarse de mi brazo encajándome una patada en el pecho. Podría haberle soltado y evitado la patada, pero decidí que era preferible que me acertase. Lo disimulé bien, pero esta me cortó la respiración dándome una fugaz sensación de asfixia.

En cuanto me golpeó, aproveché y con mi brazo ardiente le agarré el pié antes de que este lo pudiera retirar. Además de las quemaduras que le provocaba esto, aproveché el impulso de su patada para forzarlo a caer de frente hacia mí (pues solo tenía un pie con el que mantenerse). Sin muchos problemas lo tumbé de espalda manteniendo con firmeza su mano en la espalda y así inmovilizarlo. Mi brazo ardiente le soltó el pie para propinarle un golpe en el cuello, dejándolo KO como su compañero. -Así mismo- Respondió Suichi al "jefecito", ante la pregunta burlona que le hizo. A pesar de todo lo que acababa de suceder, el tiempo que había pasado se dedicaba a unos simples segundos.

"Jefecito" se mantuvo en silencio sin hacer caso a mi respuesta. Con silencio, sacó su katana y esperó como digno caballero a que yo me armase con una de la de sus compañeros. Aceptando aquel reto, me incliné y cogí la katana más cercana...
El comenzó el primer movimiento, haciendo un amago que en apariencia se dirigía a los pies, pero luego fue directa al rostro. Solo lo logré evitar retrocediendo con un pequeño salto, pero pude notar como el viento se manifestaba de forma extraña al rededor de su katana, pues un pequeño corte asomó en mi mejilla.
Aquello solo podía significar que mi oponente estaba haciendo uso de algún jutsu de elemento fuuton para aumentar las capacidades de su arma... pero yo también sabía jugar a eso. En vez de atacarle a el, ataqué a su katana. Un halo de fuego rodeó la mía (Katon: Kaengiri) he impactó con la suya, destruyendo su jutsu de fuuton por mi ventaja elemental. La fuerza de impacto había dado lo suficiente cerca del mango para quemarle la mano y obligarlo a soltar el arma...

Al momento, mi katana se dirigió a su pecho. Lo atacaba por el lado sin filo, pues si le atacaba por el filo corría el riesgo de matarlo, cosa que me podría cargar problemas no deseados. Imitándome, saltó hacia atrás para evitar el ataque, pero el filo ígneo que alargó un metro y le acertó igualmente, pero reduje el chakra del jutsu para que la herida no fuera grave.